Hace un año estaba sentado en mi lugar secreto en mi Universidad, solo observaba la naturaleza y a la gente; algo que realmente disfruto hacer. De repente me vino una pregunta a la mente; si tuviera la oportunidad de elegir algo de la naturaleza como mejor amigo quitando animales y humanos, ¿cuál sería? Después de una semana pensando en ello, finalmente obtuve la respuesta: un árbol. También me di cuenta de que mi respuesta tenía un significado de fondo con mi personalidad y mi vida y fue entonces cuando comencé a preguntarme qué responderían otras personas. Son respuestas fueron inesperadas.
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La mayoría de las personas eligieron un árbol como yo, mientras que otros eligieron el océano, la luna y algunos otros tuvieron las respuestas más extrañas pero geniales. Preguntar eso a extraños y amigos no solo me hizo entenderlos mejor, sino que también nos dio la confianza para hablar de otras cosas significativas, no solo las conversaciones superficiales que tendemos a tener. Y queridos lectores es así como comencé a construir lo que llamo una familia.
La familia no necesita estar hecha solo de sangre. De hecho, la palabra familia no tiene límites en mi opinión. Son las personas que se apoyan mutuamente en sus mejores y peores momentos de la vida. Las personas que se quedarán con nosotros pase lo que pase. A medida que comencé a conocer a más y más personas, me di cuenta de que muchos quieren lo mismo: alguien en sus vidas que se quede con ellos pase lo que pase. Un verdadero amigo. ¿Cuántos de nosotros hemos sentido que necesitamos uno?
La verdad es que todos lidiamos con días malos y la mayoría de las veces necesitamos que alguien nos apoye. Pero nadie nos enseña cómo estar realmente ahí para las personas. Entonces, empecemos a marcar la diferencia nosotros; dando a alguien 5 minutos de nuestro tiempo todos los días, créame, puede marcar una gran diferencia en nuestras relaciones. Concéntrate en una persona y trata de hacer su día más feliz, haz que se sienta importante, significativo, porque eso es lo que verdaderamente importa en esta vida. ¿Imagínese si todos le hiciéramos eso a al menos uno de nuestros seres queridos? Estoy seguro de que el racismo nunca aumentaría tanto como ahora, no habría tanto bullying o incluso las familias estarían más cerca unas de otras.
¿Mi consejo?
Sé el ejemplo y mantente humilde y nunca dejes de repartir felicidad a los demás. Las personas como los árboles son tan difíciles de encontrar en estos días, pero sí existen. He conocido a algunos de ellos el año pasado y considérate afortunado si tienes o encuentras a alguien así. También cuida a quienes te brindan atención y apoyo y diles cuánto los aprecias. Es tan necesario en el mundo ahora, no lo des por sentado. ¡Y recuerda, lo que das siempre volverá a ti en el momento más inesperado!
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