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Lecciones de un duelo que nadie suele decirnos

Hace ya una década que falleció mi abuelo. De todas las personas que he conocido, nunca he conocido a alguien tan íntegro como lo fue él. Fue y es mi ejemplo a seguir y afortunadamente tuve la oportunidad de convivir con él de cerca desde que era bebé hasta su último día de vida. Fue diagnosticado unos meses antes de su partida con cáncer, el diagnostico se dio muy tarde pues los demás órganos se encontraban ya afectados.

Fueron de los meses más difíciles y al mismo tiempo de los más bonitos que tuve, pues tuve la oportunidad de ver a muchos de mis familiares que no había visto desde hace años pero, también me tocaron esas veces en las que vi a mi abuelo lleno de dolor y sentía una impotencia del tamaño del océano.



Él era como mi segundo padre, me cantaba, me llevaba a la escuela, me compraba mis dulces y comidas preferidas, me llevaba al cine, al parque, a las fiestas, me iba los fines de semana a dormir con él y mi abuela, y en el momento que lo perdí -que fue cuando tenía 12 años-, se me fue el suelo. Recibí todo tipo de comentarios, muchos que me hacían sentir peor y otros cuantos que fueron alentadores. Hubo gente que estuvo cuidándome y gente que a partir de ahí decidieron alejarse.

Y a pesar de no ser la única en casa que lidiaba con la pérdida de mi abuelo, noté que cada uno de nosotros vivió su duelo a distinta manera y aunque algunos lo ocultaron mejor que otros, ninguno de nosotros no pudo deshacerse del duelo.


He tenido algunas pérdidas en mi vida, unas sorprendentemente dolorosas y otras que dolió pero nunca a un nivel que de verdad sintiera como si me estuviera muriendo; este año desafortunadamente perdí a mi abuela del lado ahora de mi mamá, el mejor amigo de mi papá y apenas hace poco a un gran amigo mío. Aún cuando una ya esperada una muerte esp esperada y las otras dos completamente inesperadas, todas me pegaron de alguna forma y regresaron ciertas había lecciones que ya había aprendido anteriormente.



 

El duelo es un proceso, no un problema


Me toco ver a algunos miembros de mi familia que creían que un duelo era para aquellos que no tienen la fuerza de seguir adelante. Así como también me crucé con comentarios de ciertas personas que creyeron que existía un lapso de tiempo adecuado para mantenerte en duelo y que finalizando debías ya estar bien, y lo cierto es que no es, ni fue así. A cada persona le va a tomar el tiempo necesario para poder dar el brinco a seguir adelante y nada, ni nadie tienen el permiso a decirte que estás mal por estar en duelo.



Se requiere mucha paciencia


Un duelo no es algo que nos hayan enseñado a vivir y que sepamos manejarlo y controlarlo sin ningún problema. Más cuando se trata de adaptar nuestra vida y realidad a la ausencia de la persona que perdimos. El proceso de duelo va a sacar probablemente toda esa oscuridad dentro de ti y de la gente cercana a esa persona, a veces será en los momentos que menos esperas. En el caso de mi mamá, perder a mi abuela le ha traído una montaña rusa de emociones y a veces la ves muy feliz y otras veces la ves muy triste, a veces se enoja de la nada, a veces se ríe y sabemos que no es algo que debemos tomárnoslo personal. Tomará tiempo, tomará peleas, desacuerdos, desesperación, enojo, entre otros y debemos ser comprensivos con nosotros mismos y con la gente que está de luto.




Se siente como si estuvieras enfermo


¡Y vaya que si! Yo soy una mujer emocional y pareciera que mis emociones no son amigas de mis órganos, pues siempre que estoy lidiando con algún tipo de duelo, me encuentro con temas de salud, específicamente en el estómago. Los primeros días de duelo, se siente el famoso "cuerpo cortado" y me duele la cabeza, me he sentido a veces como congestionada. Es horrible, pero al día de hoy sé que es parte del proceso, parte del duelo.



Un duelo puede cambiar en minutos o cada día


El mismo día que mi abuela falleció, mi mamá estaba fuera del país junto con mi hermana y mi papá se encontraba trabajando. Eramos sólo mi hermano y yo yendo a la funeraria. A ratos estuvimos tristes y llorábamos, otros ratos en los que estábamos con la familia y reíamos, momentos en los que nos quedábamos callados y otros ratos que yo en lo personal, sólo quería estar sola o sólo hablar con mi novio. Son días de todo tipo de emociones, de altos y bajos, donde lo único que nos queda es escuchar al corazón y dejarlo ser.




Te pegará en los momentos que menos esperas


Hay días en los que soy muy feliz, en donde todo parece ir de acuerdo a lo planeado y de pronto te encuentras con algún olor, experiencia o una memoria que te lleva a recordar a tu persona y se siente como si otra vez estuviera ocurriendo. Hace unos días iba con mis amigos en el carro y pasamos por la casa donde vivía mi abuela y de un momento a otro, se me corto la voz y me entraron las ganas de llorar. No lo pude evitar y saqué unas cuantas lágrimas, minutos después, me sentí bien otra vez y así es. En otra ocasión estaba limpiando mi computadora y me encontré fotos que tenemos con el mejor amigo de mi papá y también se sintió nuevamente el hoyo en el estómago y un nudo en la garganta.



El duelo no siempre es una pérdida y está bien


Hoy yo te hablo de cuando falleció gente que me importaba, porque algunas son recientes y tenía muchas ganas de escribir este post basándome en eso. Sin embargo, he vivido otro tipo de duelos como el de romper con una persona o perder una amistad, perder un objeto o trabajo que tenía mucho valor, incluso el romper con viejas creencias significa cierto tipo de duelo y todos tienen su derecho a ser sentidos. Quizá de igual manera o quizá unos menos que otros, pero eso no significa que sean malos.




No existe un tiempo límite para un duelo


Conozco gente que aún les pesa una pérdida de hace muchos años. Otros que con unos cuantos meses o al año se encontraban motivados a seguir adelante y sólo porque otra persona avanzó más rápido, no significa que debes correr para llegar al "alivio". No existe tal cosa.

Así como unos aprendimos a correr o hablar antes que otros, es lo mismo en esta situación. Tú sabrás en qué momento estás listo para avanzar y en qué momento pausar.



Sentirse bien durante el duelo tampoco está mal


A veces evitamos reírnos, hacer bromas, pasarla bien, sobretodo en los primeros días después de una pérdida. En lo personal, existen veces en las que me he sentido bien y cuando lo hago, me siento culpable. Como si existiese una regla que diga que no puedes estar bien si estás de luto y eso no puede ser menos cierto. Nuestras emociones van y vienen y créeme, será mejor permitirlas sacar todas a contenerte. Reírte o sonreír te hace humano.




Rompe tus expectativas sobre la gente


Va a haber gente que se irá en los momentos más difíciles de nuestra vida como lo son las pérdidas y gente que nos dice las cosas que menos queremos escuchar... realmente es una etapa muy difícil y las veces que he estado en duelo, me ha sido difícil encontrar a alguien que diga exactamente lo que quieres escuchar porque ni siquiera sabía lo que quería escuchar.

Desafortunadamente se siente todo muy turbulento y nos enfrentaremos a tener que lidiar con la verdadera personalidad de las personas a nuestro alrededor. Muchas nos escucharán y harán todo por apoyarnos, mientras que otras desaparecerán y es parte del proceso del duelo.



Te va a cambiar la perspectiva de la vida


Antes de perder a mi abuelo, decidí un día acercarme a él y preguntarle absolutamente todo lo que sabía de sus antepasados y que me contará toda su vida. Es yo creo que la memoria más preciada que tengo con él. Aún puedo recordar la enorme sonrisa que tenía al contarme todo.

Después de partir, una amiga familiar nos contó como escribió un libro con su abuela sobre todas las historias que vivió su abuela y cuando la extraña, se pone a leer sus historias. Fue en ese momento que decidí hacer lo mismo. Preguntarles a mis abuelas todas las historias y anécdotas que pudieran, para poderlas tener como un legado en mí. Puedo decir que me cambió la vida y entendí que en un abrir y cerrar de ojos, nuestra vida puede cambiar.

Fue entonces cuando empecé a guardar cartas, tomar más fotografías, hacer diarios de mis viajes, aprendí a tocar vidas porque es lo crea mi legado.


Serán momentos altos y bajos, serán tiempos de confusión y dolor que se sentirá en cada centímetro de nosotros y no te miento, querrás evitarlo, deshacerte de él a como de lugar. Pero si eres consciente de que sentir aquello es parte de nuestra naturaleza como humanos, seres vivientes, el proceso de duelo se volverá un camino de fuertes lecciones para nuestra alma.


Si eres alguien que está atravesando un duelo, te abrazo muy fuerte. Y recuerda darle tiempo al tiempo.




@clubdebeca


¡Comparte este post si crees que es importante que alguien sepa de esto!

 

¿Qué has aprendido tú en tu duelo? Déjanos en los comentarios alguna lección que te cambio la vida.


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